En el I Encuentro se puso de manifiesto la dificultad de que artistas supuestamente reconocidos (Luis Feito a través de la Fundación Feito de Rascafría -depositaria de su obra gráfica-, Antonio Villa-Toro, Andrés Puig o Luis Berrutti) accediesen a colgar su obra en el espacio donde artistas desconocidos también iban a hacerlo. Argumentos relacionados con la genialidad, el prestigio, la responsabilidad para con las galerías, etc., fueron consideraciones a desmontar paulatinamente por la directora del Centro. Consideramos que había una elevada resistencia a sustraer las individualidades geniales de la muestra colectiva, a pesar de que la organización se desgañitara en explicar que ése precisamente era el espíritu del Encuentro, evitar la competición, apostar por el proyecto común.
En el I Encuentro se dieron cita 52 participantes (15 mujeres, 37 hombres), en el II 45 participantes (13 mujeres, 32 hombres), en el III 38 participantes (15 mujeres, 23 hombres).
Para la coordinación de las muestras, finalmente, sólo se estableció una diferenciación de vías: la vía ordinaria para artistas “comunes” que fueron comunicados por e-mail, fax o teléfono (y el artista asumía el traslado de la obra con sus propios medios), y la vía extraordinaria para artistas “consagrados”, que pasaba por las llamadas de la Directora y el traslado de la obra por el personal del propio Centro.